Las instalaciones son excelentes, el personal es atento, pero el ambiente tan masivo es impersonal y la primers noche tuve la mala suerte de tener malos compañeros de habitación, que no respetaron el descanso ajeno. Unos hacían sus maletas hasta la una de la mañana, otro llegó a esa hora con ruido y roncaba como una bestia y otro entró tres veces a portazos en la habitación, dejando golpear la puerta y bebiendo cerveza. Fue una noche pérdida, por un descanso que uno no paga barato. La siguiente noche mejoró, pero esa primera impresión y sus efectos de perder descanso para el día siguente hace que la valoración no sea excelente.