Si bien destaco que el restaurante italiano y el brasileño ofrecieron un servicio excelente y una calidad muy buena, lamentablemente la mayoría de los demás aspectos fueron decepcionantes. El personal de las diferentes barras mostró un trato grosero, utilizando expresiones vulgares y de mal gusto. La anfitriona del restaurante mexicano fue descortés y, además, la calidad de la comida en ese lugar fue deficiente.
Presenté mi queja en recepción y no se me ofreció ninguna solución. Asimismo, el personal de Royal Caribe resultó insistente y hostigante al intentar obligar a los huéspedes a asistir a charlas, lo cual interfiere con el disfrute de las vacaciones.
Por otro lado, las playas no estaban en condiciones de ser utilizadas y no se ofrecieron alternativas para los huéspedes. Esto, sumado a las situaciones mencionadas, me lleva a sentir que la inversión realizada en esta estadía no correspondió con el servicio recibido.