Creo que es el peoe sitio en el que me he alojado. Te cobran por las toallas, no tienes wifi, hay un montón de ruido, tanto en las habitaciones (la nuestra era doble pero se oye todo lo de al lado) como en la calle.
Da vergüenza el estado de la habitación, un par de sillas sucias y medio rotas. La ducha era como un aspersor, y por supuesto tampoco tenías gel de baño. Seguro que es fácil dar con algo más aceptable en mejor zona y por un precio similar. Gran error que no volveremos a repetir, al menos no en Liverpool.