Londres se caracteriza por espacios muy reducidos en las habitaciones, eso ya lo sabia. Me gustó el hotel, lo malo es que no hay elevador, nos toco el tercer piso y eso fue un martirio. Subir con equipaje o personas que no puedan subir escaleras, no es una buena opción. Eso es su único inconveniente, bueno, también el desayuno, es muy básico y nada balanceado..
Tiene una buena ubicación, cercano a estacion del metro, mucho comercio local cercano.
Si volvería a hospedarme ahí, pero si pediría alguna hábitacion en la planta baja o primer piso.