El personal es bastante estupido, no habla nadie español y la gente no contesta cuando les preguntas, el ascensor está obsoleto, solo caben dos personas y tarda muchísimo en subir o bajar, no hay mucha higiene alrededor, la moqueta está bastante mugrienta y huele mal. Lo único agradable son las chicas del comedor, ellas sí que son agradables, no están cerca ni los buses ni el metro hay que andar bastante para cogerlos. En fin no repetiríamos merece la pena coger algo más céntrico, porque un bus al centro tarda una hora, por el tráfico y por la distancia.