Hemos pasado una noche en este hotel, y aunque no pudimos ver el Fuji, mereció la pena. Habitación amplia, silenciosa, y en nuestro caso con bañera con agua caliente en la terraza. El desayuno, bueno (aunque no hay leche vegetal ni sin lactosa), pero es que la cena fue buenísima: producto fresco, de calidad, variado. El personal de 10. Hay un city tax que se paga en el check out, en nuestro caso, no nos lo indicaron en el check in.