Cuando llegamos al hotel querían alojarnos en una habitación de la planta baja que daba a la calle, con lo que nos negamos desde un principio, ya que teníamos hecha la reserva con muchísima anterioridad y no queríamos estar al ras de la carretera. Nos cambiaron a la primera planta, argumentando que no tenían más habitaciones libres; las vistas daban al aparcamiento pero por lo menos no estábamos en la planta baja.
La habitación estaba bastante bien, con una cocina bien equipada, un amplio salón, un cuarto con dos camas cuyos colchones no eran muy cómodos, y un baño bastante grande aunque la presión del agua de la ducha dejaba mucho que desear.
La zona de la piscina nos gustó, no tuvimos problemas en ningún momento para coger hamacas y la piscina era amplia, con dos zonas diferentes de baño.
Para aparcar el coche no tuvimos problemas, siempre encontrábamos algún sitio libre; eso sí, los sitios para aparcar eran muy estrechos, sin mucho espacio para abrir la puerta del coche.
En resumen, un buen aparthotel, pero bastante más normal de lo que parece a priori.