Está bien situado - en frente de la estación y cerca del centro. Y es lo único bueno que se puede decir de este hotel. Habitación minúscula (a penas cabían nuestras dos maletas), con camas como catres - estrechas y ruidosas. Lo peor el baño- espacio mal aprovechado, sin sitio para poner las cosas, con aspecto de merecerse una reforma desde hace 10 años. Para secarse dos toallas de mala calidad para dos personas lo que obliga a plantearse distintas posibilidades a la hora del aseo. O te secas la parte de arriba o la de abajo o no te lavas la cara y las manos si quieres ducharte, o compartes la toalla con tu pareja pero no al mismo tiempo para que se puedan secar. Tambien puedes pedir toallas adicionales en recepción - lo que hice yo- pero no te hacen caso. No volveré a alojarme en un Ibis. Antes era económico y bastante austero pero ahora la relación calidad/precio no es burna.(la habitación me costó unos 78€)