Estancia de fin de semana en Jerusalén tras una semana de trabajo en Tel Aviv; si no vas a pasar mucho tiempo en el hotel ni esperas demasiado del mismo salvo una buena situación para moverte por el centro, este hotel resulta aceptable. La zona es ruidosa por las noches y demuestra que la insonorización no es buena ni siquiera en las plantas altas. La limpieza un poco decepcionante y algunos días ni hacen la cama o cambian las toallas. En general todas las facilidades están viejas y un tanto cutres, ni siquiera cabía un portátil en la cámara de seguridad p.e. El personal no es particularmente agradable ni se muestra dispuesto a ayudarte, antes de ofrecerse a reservarte un taxi o un shuttle al aeropuerto intentan ofrecerte su propio servicio de taxi, incluso para realizar excursiones por la zona, pero no son capaces de ofrecerte un precio fijo sino que tienes que negociarlo caso por caso, lo que me pareció muy poco serio.