El hotel se encuentra frente a la estación de tren de Orleans, en la calle comercial principal de la ciudad, por lo que es muy cómodo para moverse por el centro y hacer turismo.
Llegamos antes de las 14:00, hora de entrada al hotel. Nos permitieron dejar las maletas ahí, pero no entrar a la habitación. Cuando volvimos a las 14h, nuestra habitación no estaba aún preparada (la recepcionista se disgustó por la lentitud de los limpiadores), por lo que nos dieron una de sustitución.
La habitación era pequeña, pero suficiente. La cama era grande y muy cómoda y pudimos dormir perfectamente. No tuvimos problemas de ruidos de otras habitaciones. Sólo esuchamos por la mañana unas obras que estaban realizando en un edificio colindante.
La recepcionista del hotel fue muy amable. Tras dejar ya el hotel, tuvimos un problema con una empresa ajena y nos ayudó todo lo que pudo. Llamó estando nosotros ahí y volvió a llamar posteriormente. Muy atenta.