Embárcate en un viaje encantador mientras te adentras en el encantador mundo de una bodega. Enclavada en medio de pintorescos viñedos, esta visita promete una experiencia memorable llena de aromas tentadores, sabores exquisitos y un profundo aprecio por el arte de la elaboración del vino. Comenzará con la recogida por parte de nuestro equipo en su hotel.
Al llegar a la primera bodega (Hatziemmanouil), lo reciben colinas adornadas con vides meticulosamente cultivadas, que disfrutan del cálido resplandor del sol. El aire es fresco y transmite susurros de la naturaleza y la promesa de vinos extraordinarios.
Continúe hasta la segunda bodega (Ktima Akrani) guiado por expertos expertos y emprenda una visita guiada por las instalaciones de la bodega. Serás testigo del cuidadoso proceso de recolección de la uva, el arte de la fermentación y la paciente maduración de los vinos en barricas de roble. El suave zumbido de la maquinaria y el aroma de las uvas en fermentación tejen un tapiz de placeres sensoriales.
En medio de las barricas de roble, la sala de degustación le invita a saborear los frutos del trabajo. Aquí, disfrutará de una selección cuidadosamente seleccionada de las mejores creaciones de la bodega. Cada sorbo revela una sinfonía de sabores, desde blancos vibrantes y crujientes hasta tintos robustos y aterciopelados. El apasionado sommelier lo guía durante la degustación y comparte información sobre las características de cada vino y la armoniosa combinación de la naturaleza y la artesanía.
A medida que la degustación se acerca a su fin, tendrá la oportunidad de llevarse a casa sus vinos favoritos, lo que permitirá que los recuerdos de esta encantadora experiencia permanezcan en su paladar mucho después de que finalice la visita. La boutique de la bodega ofrece una variedad de botellas, cada una de las cuales es un testimonio de la dedicación del enólogo y del terroir único de la región.
Antes de despedirse, tómese un momento para pasear por los viñedos, capturando la esencia del impresionante entorno de la bodega. El sol proyecta un tono dorado sobre el paisaje ondulado, pintando un cuadro de serenidad y tranquilidad.