Desde el check in fue una amabilidad exagerada, las habitaciones increibles, dignas de un hotel diamante, el desayuno súper completo y rico, la ubicación inmejorable, tendrían que dejar hospedar en la Basílica de San Marcos para superar su cercanía con la Plaza más bella del Mundo. Cuando regrese, sin duda sabre donde hospedarme. Para el turista de habla castellana sin conocimiento del italiano, es ideal, la mayoría habla en nuestro idioma.