La planta física del lugar es agradable, limpia y en buen estado de conservación, la habitación espaciosa y con lo mínimo aceptable (Camas amplias, refrigerador, microondas, cocina) con un fuerte olor a cigarrillo (para quien sea alérgico que lo tome en cuenta) pero NINGUN implemento para ser utilizado cocinando o sirviendo lo cocinado, no hay plancha, no hay caja de seguridad, nadie te llega a cambiar las toallas, nadie te llega a hacer limpieza o a tender las camas. Cualquier cosa que se te ensucie o acabe, tienes que ir a pedirlo a recepción (con horarios de atención limitados), Wi Fi aceptable pero solo pagando. Puedo aconsejar la estadía en este lugar a personas que, como en mi caso, solo ocupábamos un lugar económico para dormir sin mayor exigencia. Pero sería avaro y poco elegante llevar a tus seres queridos a un lugar con tan poca o ninguna atención.