Cumple con creces la experiencia de vivir en un barco, con todas las incomodidades propias como son los espacios super reducidos, el baño minusculo, de la ducha ni hablar, y de cocinar.... Además del constante movimiento, que es lo que toca, pero la cama es un horror, para el precio que tiene debería de tener un buen colchón,
pues el descanso es primordial al llegar les pedimos un cambio de barco bajo pago del suplemento que fuese ya que teniamos el estudio y supusimos que el de mayor tamaño contaria con una cama más cómoda, nos dijeron que todas las camas eran exactamente iguales, por lo menos nos cambiaron las almohadas. Lo mejor la terraza, a pesar de la dificultad de su acceso y el viento que suele hacer dada la localización.