Nada más llegar nos exigieron el pago de la estancia, lo cual es la primera vez que nos ocurre en un hotel. Pagamos con tarjeta y recibimos aviso de nuestro banco de que el pago se había realizado correctamente, pero con el fin de cobrar en efectivo y así ahorrarse las comisiones bancarias, nos decían que no les había llegado el pago y que NOSOTROS (en vez de ellos) teníamos que solucionar el problema con nuestro banco. Increíble. Todos los días nos echaban en cara que teníamos que pagar y que teníamos que resolver el problema. Tras varias llamadas internacionales a España, el banco nos aclaró que el dinero estaba retenido por el hotel. Ellos seguían insistiendo que el pago no se había realizado. Al final pagamos en efectivo para terminar con esta situación tan incómoda, con la sensación de estar pagando dos veces. Una vez regresamos a España, el hotel liberó el dinero retenido. El trato fue deplorable, nos hicieron sentir muy incómodos los seis días que allí nos alojamos.
Por lo demás, la habitación era muy húmeda por estar en un bajo con jardín al que no le daba el sol en ningún momento del día, se podía oler la humedad. La "cocina" apenas se podía utilizar, pues no tenía de nada.
Lo único bueno fue la limpieza de la habitación.