No recomendable si se quiere tranquilidad. Lleno de pandillas de jóvenes, durante nuestra estancia todos los días ponían la música muy alta que se oía en todo el hotel, incluso desde la calle, y no se les mandó bajarla.
Prácticamente no limpian la habitación, no reponen toallas, te quedas sin ellas, no hacen las camas, tan sólo friegan el suelo,nada más.
El desayuno aceptable, pero se echa de menos una tostadora...