El check in pone que es a partir de las 14h, no tuvimos la habitación preparada hasta las 16h. Al entrar nos encontramos con la sorpresa de que no hay jabón, supuestamente por el coronavirus, algo incomprensible, ya que lo lógico es que faciliten jabon en los apartamentos para no propagar el virus en el resto de instalaciones. El personal es en general antipático, poco amable, con desgana.
El apartamento estaba limpio, pero la persiana rota, en otra habitación ni siquiera había y entraba la luz desde primera hora. El aire acondicionado suelta un hedor insoportable, preferíamos asarnos a encender ese cacharro que inundaba las habitaciones de mal olor.
Lo mejor re la terraza, amplia, y la piscina también es disfrutable, con bastantes hamacas.
Está a 10-15 minutos de la playa de Levante, a pie. Hay aparcamiento gratuito una o dos calles detrás del edificio.